domingo, 17 de agosto de 2014

Seguimiento del proceso enseñanza aprendizaje… ¿para qué?

En los modelos de enseñanza es necesario, y así lo contempla la normativa, que el docente evalúe sus propios procesos para analizar si éstos son efectivos, determinar sus debilidades y reforzar sus fortalezas. Hay muchas formas de hacerlo pero la legislación contempla sólo una: el seguimiento de la programación, aunque ni matiza en qué consiste ni cómo se debe hacer (salvo que sea mensual).
En una gran parte de los centros este seguimiento se percibe como algo innecesario o de poco valor por lo que queda minimizado en un simple comentario en una reunión de departamento, y casi siempre “todo va bien”; sin embargo la experiencia demuestra que las cosas casi nunca van bien.
Sin entrar a valorar ahora la idoneidad de una programación o su adaptación a las necesidades del estudiante, siempre se producen retrasos, cambios en la secuenciación o la temporalización, modificaciones en los contenidos, … muchas situaciones que se consideran tan “normales” que no merecen ni un comentario en el seguimiento: ya que son normales, todo va bien.
Pero todos/as sabemos lo que es normal y lo que no, y todos/as deberíamos hacer el esfuerzo por detectar estas pequeñas anomalías e introducir elementos correctivos, y para eso hay que tomar nota de lo que hacemos, para qué lo hacemos, cómo lo hacemos y qué resultados nos da. Muchos docentes llevamos un pequeño diario (yo utilizo un diario en Moodle) en el que vamos anotando lo que hacemos en cada una de las sesiones de clase con el mayor detalle posible; eso implica tiempo y análisis, pero los resultados bien valen la pena.
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Hoy vamos a ejemplarizar con una situación frecuente que suele dar algunos quebraderos de cabeza, y cómo lo hemos resuelto en el IES Leixa.
Partimos de la base de que el seguimiento de la programación tiene que ser escrito, sencillo pero detallado; y debe ofrecer información sensible que le sirva al docente para introducir las correcciones necesarias tanto a lo largo del curso como en la revisión de su programación de cara al siguiente curso. Para eso hemos diseñado un “programa de seguimiento del proceso enseñanza-aprendizaje” que incluye pautas y documentos que todo docente debe presentar en unos momentos determinados. El núcleo operativo del programa es que hemos denominado pea103 (la codificación documental está normalizada; en este caso “pea” identifica el programa enseñanza-aprendizaje, el primer número indica que es un documento que debe ser cubierto por un docente y los dos últimos números indican un orden; hay “pea101, pea102, …).
Se trata de un formulario disponible en el aula virtual del instituto y en Drive que cada docente descarga y cubre, entregando copia al jefe/a de departamento quien, a su vez, entrega a jefatura de estudios.
  • En ese formulario se indican los datos del docente, la materia, el grupo y el mes al que corresponde y se va poniendo la materia impartida y las actividades realizadas semana a semana en ese mes.
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  • Además, ofrece información sobre el número de sesiones del mes, las impartidas y las no impartidas, la actualización de faltas de los estudiantes en el programa de gestión, las pruebas o exámenes realizados con el resumen estadístico de resultados y, en los meses en que hay sesión de evaluación, el porcentaje de programación impartida según lo programado.
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  • Finalmente hay un campo de observaciones donde el docente puede hacer las que considere oportuno.
Uno de los aspectos que le da valor a este formulario (entre otros muchos) es en el caso de que el docente se ausente (por baja, cursos de formación, comisiones, …) y tenga un sustituto/a. En nuestro centro el docente titular tiene una carpeta con toda la información del curso y debe entregar esa carpeta al sustituto/a junto con los modelos pea103 hasta ese momento; el sustituto/a debe continuar cubriendo los datos de la carpeta y debe cubrir, si es el caso, los nuevos pea103 que le correspondan. Se trata de que la información sea única independientemente del docente y así se sabe qué ha hecho cada uno y no hay interrupción en el proceso enseñanza-aprendizaje.
Cuando pusimos en marcha este procedimiento en el instituto, allá por el año 2007, hubo algunos recelos y algunas críticas al sistema, pero pronto se le vio el beneficio y de hecho en el año 2010 se planteó modificarlo y hacer unos modelos trimestrales, pero el propio profesorado prefirió seguir tal y como estábamos funcionando.
Aquí podéis acceder a nuestro formulario:

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