miércoles, 22 de octubre de 2014

Cuestionando la metodología didáctica (V)

Cualquier trabajo bien hecho exige dedicación. La función docente no escapa de este principio, aunque todos hemos tenido profesores/as que año tras año usan los mismos apuntes, los mismos ejemplos, los mismos recursos…

Hay quien opina que hay materias que no se dan demasiado al cambio. Las ecuaciones de segundo grado son lo que son y no hay mucho dónde innovar… ¿o sí?.

Yo soy de los que opinan que cada curso escolar es una fuente de aprendizaje también para el docente. Como dije, yo llevo 28 años en esta profesión y no hay un año igual a otro; cada curso escolar es una nueva experiencia, con nuevos materiales, nuevos recursos, nuevos ejemplos… porque todo evoluciona.

Hace diez años no teníamos ordenadores en el aula, no existían los recursos web que hay ahora (los más innovadores usaban el power-point); no había pizarras digitales, tablets o smartphones; hoy en día estos nuevos recursos exigen nuevos conocimientos y la adopción de nuevas estrategias pedagógicas, adaptadas a los estudiantes a los que damos clase.

Pero todo cambio es difícil, exige esfuerzo, dedicación y tiempo. Hay que formarse, actualizarse en las nuevas herramientas y adaptarse al cambio. Pasar de la tiza al puntero digital es simple y complicado a la vez, sobre todo cuando queremos exprimir el puntero, la pizarra, el cañón, el ordenador,… Cada día descubres algo nuevo que te permite hacer algo más rápido y mejor. Para mi, moodle fue un descubrimiento fantástico. Las autoevaluaciones que dan la nota en el momento sin intervención del profesor son una mejora indiscutible, pero hay que ponerse.

Hay que seleccionar muy bien las preguntas, cargarlas en el sistema, revisarlas, actualizarlas cada curso, generar los cuestionarios,… Ah, pero lo mismo tenemos que hacer cuando planteamos un examen escrito, así que una cosa por la otra.

A eso hay que añadir que mi mundo, el sanitario y más concretamente el de la farmacia, es muy cambiante. Cada día hay un cambio normativo que afecta a los procedimientos; lo que enseñamos ayer, hoy no sirve; Lo que expliqué en octubre, en enero ya ha cambiado, así que hay que revisar continuamente la información, rehacer los temas, reexplicar, reciclar la información,… doble esfuerzo para el profesor y doble esfuerzo para os estudiantes. No exagero absolutamente nada. Cada año lo mismo.

¿Cómo podemos los docentes estar al tanto de los cambios?. Buscando la información (tiempo) y compartiéndola (tiempo). Yo comparto todo los que encuentro, en mi blog, en twitter, en facebook, … hay redes de docentes que intentamos compartir cosas, compartir información sensible, y eso es de agradecer. Ya no somos individualidades que estamos solos en el aula. Mi aula tiene la puerta abierta porque lo que yo hago puede servir para otros, incluso para que me digan que no lo estoy haciendo bien. Los equipos docentes deben actuar como equipos, reuniéndose, compartiendo, planteando estrategias comunes, coordinando los esfuerzos. La mano derecha tiene que saber lo que hace la izquierda. No hay nada peor para un estudiante que dos profesores den la misma información de distinta manera, y que exijan que los estudiantes la sepan “a su forma”.

En este sentido, las redes de aprendizaje (que descubrí en el curso que organizó en INTEF y que fue todo un descubrimiento para mi), son una herramienta fundamental. Podemos utilizar muchos recursos en red para compartir. Las redes sociales sirven para algo más que para jugar… pero eso es otra historia, o no.

Nuestra profesión exige dedicación, tiempo, actualización permanente, esfuerzo, … en caso contrario ¿podemos exigírselo a nuestros alumnos/as?. En mi opinión, el esfuerzo es compartido y he descubierto que cuanto más tiempo le dedico yo, menos tiempo le tienen que dedicar mis alumnos/as.

 

Continuará… ¿Es necesaria la evaluación docente?.

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